Enfoque
El término inmunosupresión es un proceso en el cual ciertos medicamentos forman parte de un tratamiento médico de por vida para que tu sistema inmunológico se debilite y no rechace un nuevo órgano que te trasplantaron y así la enfermedad crónica que tiene el paciente, no avance. La inmunosupresión va más allá de lo médico, hacerte estudios clínicos o tener intervenciones quirúrgicas, tiene que ver con lo más íntimo de tu día a día, en ser vulnerable corporalmente siempre, y en el miedo de perder la salud -el órgano- en un solo instante. El texto tiene por objetivo mostrar la experiencia del trasplante renal desde los distintos diagnósticos entre pacientes,las líneas narran tres experiencias, los caminos que se han cruzado, los procesos quirúrgicos y emocionales de una enfermedad.
La presente investigación utiliza la metodología de construcción de narrativas (Hamui, Vargas, Fuentes, González y Maya, 2019) de la enfermedad de tres pacientes renales, enfocadas en las emociones, específicamente en el giro afectivo, donde se pretende mostrar no sólo la disparidad entre sus tratamientos médicos en cada paciente, sino como una intervención quirúrgica redefine la vida, el concepto de vulnerabilidad y como está puede entenderse desde experiencias diferentes, como en las emociones, la salud, y los cuidados.
Definir al ser humano implica una crítica constante, y una inclusión de la tecnología al cuerpo de manera innegable. Lo posthumano (Braidotti, 2022) se entiende desde la enfermedad como una disputa abierta para redefinir al humano y así, la tecnología desde lo quirúrgico, vino a dar un cambio radical a la realidad. Con esto, cualquier sujeto candidato a una inclusión tecnológica puede abrirse a definirse como posthumano. Este texto discute la intervención quirúrgica del trasplante y sus procesos como un fin a la continua superioridad del cuerpo humano, la misma práctica pone al sujeto como vulnerable para toda la vida, de este modo es un cuerpo en constante cambio, en una redefinición no solo de su identidad, sino de su corporalidad y así se cuestiona que no hay una sola forma de definir al ser humano, y mucho menos al sujeto enfermo.
El trasplante es una segunda vida tecnológicamente mediada por medicamentos para no rechazar la tecnología en el cuerpo, y que obliga a un encierro por siempre, a una disminución del ser humano, a ubicar al cuerpo como un cyborg (Haraway, 1995) que representa los no límites entre humano y máquina. Bajo esta realidad la inmunosupresión dentro de la experiencia del trasplante -renal en este caso- marca la existencia de una materialidad tecnológica, orgánica y afectiva a la vez.
Inmunosuprimirse significa tener miedo a enfermarse, a ser otro individuo, a disminuir tu capacidad de ser independiente, médicamente, ser más susceptible de ser afectado, de deshumanizar la identidad y experimentar alternativas corporales y situadas. Una intervención quirúrgica no solo representa un proceso médico, sino como esta cambia las emociones, perspectivas y modos de vida de pacientes.
