Enfoque
En esta ponencia se presentarán los resultados de una investigación cuyo objetivo fue identificar cómo se articula la masculinidad hegemónica con el acoso sexual callejero que ejercen los hombres hacia mujeres. Para ello, se realizó un estudio con enfoque cualitativo mediante 4 grupos focales con estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California. Durante las sesiones con los grupos focales se realizaron preguntas en torno a diferentes aspectos involucrados en el acoso sexual callejero, como su conocimiento sobre el término, las motivaciones, las conductas y actitudes que se consideran formas de acoso sexual, los espacios en los que ocurre más frecuentemente el acoso sexual callejero, las experiencias de acoso sexual callejero personales directas o indirectas, percepciones acerca de la gravedad del acto y la percepción acerca del género que consideran más vulnerable al acoso sexual callejero. La técnica de grupo focal, aunque centrada en generar datos desde los sentidos y significados que hombres y mujeres tenían sobre el acoso sexual callejero, tenía como principal foco de observación y análisis de las opiniones y relatos de los hombres, así como las reacciones de estos a las opiniones y relatos de las mujeres.
Entre los resultados se identificó que las y los participantes muestran cierto grado de conciencia de que el acoso callejero es una forma de violencia que atenta contra la dignidad de las víctimas. La palabra consentimiento se ha incorporado en sus vocabularios para señalar al acoso sexual callejero como un atentado a la autonomía y libertad de quien lo recibe. Además, las y los participantes también mostraron claridad sobre los actos y actitudes a través de los cuales se manifiesta el acoso.
Por otro lado, algunos varones aun sostienen creencias que invisibilizan el ejercicio de dominación implicado en el acoso sexual callejero, como afirmar que el acoso solo es sexual si está motivado por la obtención de placer y no por la afirmación de poder, sin tomar en cuenta la experiencia de la víctima. También persiste la creencia de que quien acosa sexualmente tiene un problema de salud mental. Incluso sigue existiendo una postura sobre la víctima como agente causal del acoso sexual callejero en el que lo varones se asumen como agentes pasivos ante las provocaciones de la persona que recibe el acoso.
Se identificó también que el acoso sexual callejero funge como un acto performativo de masculinidad hegemónica ya que los varones ganan estatus social en sus relaciones con otros hombres actuando como seductor o bromista temerario que interrumpe el uso del espacio público de mujeres desconocidas mediante interacciones heterosexualizadas. Esto evidencia el proceso de alianza, complicidad y vigilancia que existe entre los hombres en el que se requiere corroborar la heterosexualidad de manera compulsiva en perjuicio de la autonomía y libertad de las mujeres.
