Enfoque
El skincare -el cuidado de la piel- se ha vuelto cada vez más y más popular entre la juventud. Esta obsesión por el cuidado y la perfección de la imagen ha sido influida mayormente por las redes sociales e influencers. Ha habido un impulso hacia conseguir una piel perfecta, con la intención de pretender conservar una ”eterna juventud”. Pero, ¿qué implicaciones puede tener esto en la percepción de la imagen de las chicas jóvenes y en las prácticas que llevan a cabo para conseguirlo?
Para llevar a cabo este trabajo, se realizó un estudio de caso a partir del itinerario corporal de una joven, esto es, a partir de las vivencias que ha tenido con algunas enfermedades cutáneas -como la rosácea y la dermatitis-. Para ello se llevaron a cabo diversas entrevistas, con la intención de recoger información sobre la narrativa de su experiencia y prácticas.
Los problemas de piel mencionados anteriormente, junto con las influencias de los valores religiosos, familiares y sociales, construyeron una forma muy concreta de percibirse a sí misma, influyendo en su autoestima y seguridad. Con el mayor acceso a las redes sociales que fue teniendo, las influencers y los cánones de belleza también empezaron a afectar esos valores que se inculcaron en su temprana socialización. Aquí encontramos, en primer lugar, el conflicto entre la humildad que se impone desde la religiosidad con los valores de los cánones de belleza actuales. Asimismo, a causa de sus afecciones, su piel terminó en un estado en donde le generaba mucho malestar, ya no solamente por verse mal a sí misma, sino por el dolor que le causaba. Esto la llevó a acudir a dermatólogos y empezó a informarse más en torno al cuidado facial. Así fue como comenzó sus rutinas de skincare. Dentro de estas rutinas tuvieron un gran impacto las redes sociales, ya que estas son una de las principales fuentes de información en este ámbito; pero, lo que ocurre es que hubo un cambio en la fuente de información de a qué tipo de creador de contenido consumía. Pasó de escuchar los consejos de influencers que no tenían un conocimiento y estudios sobre este aspecto, a escuchar a médicos, dermatólogos, etc. que crean contenido educativo sobre estas cuestiones.
Asimismo, las prácticas que empezó a desarrollar no solamente mejoraron los dolores que le generaba su piel, sino que también aumentó su autoestima y seguridad. Esto, también es a causa de los cánones de belleza que se han impuesto, pero, aun así, le han ayudado a impulsarse y poder mejorar. Además, estas rutinas han construido unos hábitos que le han llevado a dejar atrás otro tipo de conductas que eran bastante autodestructivas, generando así una cierta disciplina, que la impulsó a conseguir sus objetivos, generando un bienestar. Al final, mediante este trabajo pretendo mostrar los aspectos, tanto positivos como negativos, que tienen esta clase de prácticas de autocuidado mediante este estudio de caso, y hasta qué punto estas prácticas tienen una implicación liberadora en la persona que las lleva a cabo.
