Enfoque
Introducción:
Hoy, las tecnologías digitales (TD) se desarrollan rápidamente y afectan a cada vez más personas de cada vez más maneras; siendo, en muchos casos, indispensables para acceder a información, realizar trámites, o adquirir productos o servicios. Este desarrollo no transcurre en paralelo a lo social, sino que lo transforma desde dentro de las interacciones que lo componen, planteando un desafío enorme a la psicología social. No es sorpresivo que esta profunda transformación social —de génesis tecnológica— cause efectos favorables y adversos sobre comportamientos, experiencias y evaluaciones de bienestar y malestar. Ha de problematizarse –empero– en qué medida un nuevo medio, como internet, pudiese ser pernicioso o su uso representar un problema social en sí. Esto tendría que juzgarse según si colisiona con funciones del bienestar. Cabe preguntarse, por tanto, si el solo uso (intenso) de internet representa un problema en sí; y —si así fuera— cómo medirlo. Consecuentemente, se han desarrollado escalas para medir el uso problemático de internet (UPI), pero estas han mostrado debilidades de validez concurrente, por no siempre asociarse con menor bienestar como se había previsto.
Método:
El presente estudio analizó las asociaciones entre UPI, la satisfacción de vida (SWL), el indicador de bienestar de 5 ítems de la organización mundial de la salud (WHO5), el estrés, la ansiedad, y la depresión (DASS21), en dos muestras de españoles de un proyecto europeo sobre el impacto de las TDs en la sociedad. En la primera (381 hombres, 412 mujeres; entre 18 y 65 años, media = 46.43, desviación típica = 12.77), el UPI fue medido con cinco factores (preferencia por socialización online, regulación emocional, preocupación cognitiva, uso compulsivo, y consecuencias negativas). En la segunda (592 hombres, 608 mujeres; entre 18 y 82 años, media = 45.01, desviación típica = 14.73), el UPI fue medido con una escala unifactorial de 9 ítems. Se realizaron análisis de regresión lineal para evaluar si el UPI prediría las cinco variables criterio de bienestar y malestar.
Resultados:
En la primera muestra (N = 795), un mayor UPI no predijo menor SWL y solo un 3% de variación en WHO5. En cambio, UPI sí predijo mayor estrés (R2 = .19), ansiedad (R2 = .20), y depresión (R2 = .16), siendo siempre responsables del efecto el uso compulsivo de internet y sus consecuencias negativas. En la segunda muestra (N = 1212), un mayor UPI unifactorial predijo menor SWL (R2 = .04, ß = –.20***) y WHO5 (R2 = .10, ß = –.31***), y mayor estrés (R2 = .26, ß = .51***), ansiedad (R2 = .26, ß = .51***) y depresión (R2 = .23, ß = .48***).
Discusión:
En las primeras escalas para medir UPI, algunos aspectos supuestamente problemáticos parecen no ser tales (preferencia por socialización online, preocupación cognitiva, regulación emocional y preocupación cognitiva), mientras que las escalas más recientes focalizan los aspectos más problemáticos del UPI. Esto refleja que es necesario matizar y problematizar cuál es el origen del problema psicosocial, si el nuevo medio en sí, su uso, su intensidad o su función.
Juan Carlos Santos Velandia
Comentó el 12/07/2024 a las 23:12:42
Buen día: espectacular trabajo mis más sinceras felicitaciones para los tres.
Dado que las primeras escalas para medir UPI (Uso Problemático de Internet) mostraban que aspectos como la preferencia por la socialización online, la preocupación cognitiva y la regulación emocional no eran necesariamente problemáticos, mientras que las escalas más recientes se enfocan en aspectos más claramente problemáticos del UPI, ¿podría profundizar en cómo estas diferencias reflejan la necesidad de matizar y problematizar el origen del problema psicosocial? En su opinión, ¿el origen del problema reside más en el nuevo medio en sí, en su uso, en la intensidad del uso o en la función que cumple?
Javier Rincón Salazar
Comentó el 11/07/2024 a las 20:08:31
Que buena investigación!.
Quero preguntarles, si han realizado estudios sobre las plataformas digitales para el uso del mejoramiento del bienestar psicosocial, por ejemplo canales de youtube donde el contenido es sobre couching, o canales y grupos de facebook donde aplican dinámicas de autoayuda
Rafael Valenzuela García
Comentó el 12/07/2024 a las 16:12:19
¡Gracias, Javier, por tu comentario! En esta ocasión no nos hemos fijado en funciones específicas (coaching, autoayuda) en el uso de medios digitales, sino en el uso en general de los mismos. Sería interesante, para poder proceder a realizar estudios de este tipo, que podamos precisar el tipo de canal/app/software/grupo, el tipo de usuarias y usuarios, sus motivos para utilizarlos, los tiempos dedicados, la satisfacción percibida. Será importante a la vez realizar buenos diseños de investigación desde el procedimiento de muestreo (intencional propositivo) hasta las escalas de medida del bienestar a utilizarse, pasando por el análisis de los efectos diferenciales de distintos tratamientos experimentales y la aleatorización de los participantes que reciban cada tratamiento. Sin duda una avenida por la que se podría avanzar. En este sentido, creemos que sería clave, en este propósito de estudiar lo que señalas, que se hicieran ciertas precisiones en cuanto a cuáles serían las variables independientes y dependientes (definiciones conceptuales y operacionales), cuál o cuáles serían el o los tratamientos experimentales y de control; qué variables extrañas se controlaría y de qué modos; y cómo se aleatorizaría a los participantes. Un saludo y nuevamente gracias por tu comentario que nos hace reflexionar.
Yolanda Pastor Ruiz
Comentó el 11/07/2024 a las 18:03:09
Enhorabuena por la ponencia y por el proyecto! Yo quería preguntaros si habéis profundizado en los resultados en función de la edad de los sujetos. ¿podría ser una variable moderadora de la relación entre uso problemático y malestar?
Nuria Codina Mata
Comentó el 12/07/2024 a las 15:01:45
Apreciada, Yolanda. ¡Muchas gracias por tu comentario y por la pregunta! En efecto, la relaciones entre uso problemático de internet (UPI), malestar y bienestar son más pronunciadas en ciertos grupos de edad. No obstante, estos efectos de moderación o interacción con "la edad" no parecen comportarse de manera lineal (y por tanto, en su conjunto, nos aparecen solamente como marginalmente significativas estas interacciones "lineales"). Por ejemplo, (tomando cohortes de edad de 6 años de rango cada una, p.e., 18-23, 24-29, y así sucesivamente) para el caso del bienestar en su aspecto de satisfacción con la vida (SWL), los efectos negativos más pronunciados de UPI sobre SWL parecen encontrarse por un lado entre los 36 y 41, pero también entre los 54 y 65 años de edad. En el caso del indicador de bienestar de la OMS (WHO5) —que es un poco más sensible a variables del día a día, ya que refleja experiencias adversas (y no tanto evaluaciones cognitivas globales negativas, como sí lo haría la SWL)—, el efecto negativo de UPI sobre SWL se observó (además de en las tres cohortes antes mencionadas), también en los más jóvenes (18-23) y en participantes de entre 42 y 47 años de edad. Por su parte, los efectos sobre el malestar (DASS21: estrés, ansiedad, y depresión) fueron más similares entre los grupos etáreos. Estos datos, como venimos sugiriendo, nos invitan a analizar los efectos perniciosos del UPI en bienestar y malestar, pero en relación con aquellas funciones vitales que podrían afectarse en diferentes momentos vitales (más que en diferentes "edades" cronológicas); y en todo caso, no creemos que la moderación que pudiera derivar linealmente de "la edad" tenga que ver exclusivamente con el "número" de años cumplidos. Por ejemplo, las evaluaciones cognitivas, como la satisfacción con la vida, para ser afectadas por UPI, podrían tener unos periodos sensibles específicos (36-41, 54-65), dada la inminente caducidad de ciertos propósitos vitales que en estas edades se produce. Así, en dichas edades, estar excesivamente en internet colisionaría con funciones vitales propias de la edad, mientras que las variables del malestar podrían ser sensibles a un UPI en todas las edades de maneras algo más homogéneas. Gracias por el aporte que nos invita a seguir profundizando este conocimiento.
laura María Zanón Bayón-Torres
Comentó el 11/07/2024 a las 13:29:25
Buenos días, enhorabuena por la ponencia y el proyecto. Me ha parecido muy interesante la diferencia entre las escalas sobre lo que puede ser un uso problemático y lo que no. Asimismo, también me ha hecho reflexionar el ejemplo de que unos niños queden para ir a jugar a un locutorio no es en sí problemático ya que continúan socializando... Esto me da pie a pensar en que no solo hay que repensar el uso problemático o no, sino las diferentes formas de socializar e, incluso, el sentido del juego y los nuevos juegos que ahora pueden surgir gracias a las tecnologías. Me gustaría preguntar si han encontrado diferencias en función del medio en el que viven las personas, rural o urbano, que por lo que he entendido me parece que no se ha tenido en cuenta esta variable para este análisis. En ese caso, querría saber si tienen previsto que esa pueda ser una variable a estudiar o si conocen estudios en esa línea. Muchas gracias.
Rafael Valenzuela García
Comentó el 12/07/2024 a las 16:03:08
Laura María, ¡muchas gracias por tu comentario!
Es sugerente lo que propones. Sin duda, estamos de acuerdo contigo cuando argumentas que posiblemente el medio urbano/rural juegue un papel moderador. De hecho, tiene mucho sentido dentro de la lógica que entrevemos en este fenómeno. Por ejemplo, si en un medio rural, medio digital proporciona acceso a instrucción o formación (que de otro modo no habrían sido posibles), entonces sería probable que el uso intenso de este medio (con esta función de formación) tuviese efectos favorables sobre el bienestar; en un caso contrario, quizá en una escuela urbana, si mientras el profesor explica, el estudiante está en el móvil haciendo otra cosa, en este caso podrían preverse efectos adversos. Muy interesante tu comentario. En este proyecto no hemos recogido este tipo de variables socio-demográficas que nos permitiesen afinar los análisis en el sentido que señalas, pero sin duda lo tendremos en cuenta en un futuro próximo.
Miriam Pardo Rodríguez
Comentó el 11/07/2024 a las 11:55:27
Enhorabuena por la comunicación, sin duda muy pertinente y necesaria. Veo que os preocupa principalmente el uso que los menores y los jóvenes den a internet y quizá eso depende de cómo ellos entiendan este medio. Pero, es función de los adultos poder enseñarlos a usarlo de manera apropiada, algo que quizá no está sucediendo. ¿Habeis encontrado diferencias en los resultados de las escalas por edad? Es decir, ¿afecta el uso de internet de forma diferente a jóvenes y adultos? Gracias de antemano.
Rafael Valenzuela García
Comentó el 12/07/2024 a las 15:57:10
Hola, Miriam. Muchas gracias por interesarte en nuestra comunicación. Efectivamente, nos parece importante estudiar este tema en jóvenes (y también en menores, aunque estos dos estudios solo incluyen adultos). Hemos encontrado que el bienestar aumenta y el malestar disminuye con la edad, lo cual es consistente con estudios en envejecimiento o "aging". Y además, el efecto del uso problemático de internet sobre el bienestar y el malestar sí que es sensible a la edad, aunque —como comenta la Dra. Codina en el comentario que nos hace la Dra. Pastor más arriba— no es que "a menos edad, mayor efecto pernicioso". A pesar de que una conclusión así se podría intuir o anticipar cuando se pone el foco en el problema potencial que representaría justamente que los más jóvenes abusasen del uso de internet.
Sara Malo Cerrato
Comentó el 11/07/2024 a las 10:54:49
Buenos días y enhorabuena por el proyecto y la ponencia. Me ha parecido muy relevante la diferencia que hacen entre las dos escalas de uso problemático y, sin duda, tomo nota de ellas para mis próximas investigaciones. Les querría compartir que en un reciente estudio que hemos publicado sobre la percepción de consumo de RS en adolescentes a lo largo del tiempo (4 años) hemos observado que aquellos adolescentes que perciben que hacen un uso muy elevado de RS en el tiempo esto repercute en su BS (en función de la escala usada). Ahora bien, también hemos visto que lo parece tener un mayor impacto no es como cambia su perfil de consumo a lo largo del tiempo (hemos detectado distintos perfiles) sino que aparece como relevante como se ven ellos como consumidores en consonancia con su entorno. Es decir, compararse con los iguales afecta a su bienestar. Si mis iguales consumen de forma elevada y yo no, esto afecta a mi percepción de BS, más que el propio consumo. En este sentido, y desde sus investigaciones, ¿ han identificado otras variables contextuales o de personalidad que puedan estar mediando en el impacto del uso problemático y el bienestar y el malestar? Muchas gracias.
José Vicente Pestana Montesinos
Comentó el 12/07/2024 a las 17:16:10
Apreciada Sara, muchas gracias por comentar.
Ciertamente, en línea con lo que señalas, nosotros también pensamos que la elección de las escalas es de gran importancia. Tiene una influencia determinante en los resultados que obtenemos. Por ejemplo, en relación con las dos medidas de bienestar que hemos usado también en la presente comunicación, hemos notado que el indicador de bienestar de la OMS (WHO5) se asocia con diversas experiencias y comportamientos en medios digitales de modo un poco más consistente y un poco más robusto que la escala SWL. Pensamos que podría ser porque, justamente, la WHO5 mide "experiencias" de valencia positiva (i.e., "de buen humor") que a su vez se asocian con otras "experiencias en internet" (i.e., "ahorro tiempo"), mientras que la SWL mide algo diferente: una evaluación global respecto a si la "vida actual" es muy parecida a la "vida ideal". La segunda (SWL) por tanto es sensible a aspectos cuya ocurrencia pusiera en juego unas evaluaciones vitales mucho más generales que "estar de buen o mal humor". En ese sentido, es posible pensar que las experiencias en medios digitales puedan afectar esta dimensión más global y cognitiva del bienestar subjetivo solo en caso colisionen con una función vital (una pretensión), como la que para un joven podría ser el cumplir con la norma social de su grupo de referencia, como bien señalas. En este sentido, el fear of missing out (FOMO), por ejemplo, podría hacer que escolares de entre 13 y 15 años sintiesen que no participan de la norma grupal si no tienen teléfono móvil (o si no se les deja usarlo el tiempo que ellos desean), y por supuesto podría motivar que presionasen a sus padres diciendo: "todos mis amigos tienen".
Respecto a lo que nos preguntas sobre variables contextuales o de personalidad que pudieran interactuar con el fenómeno, no hemos realizado aún análisis específicos. Como sugerimos líneas más arriba, desde una perspectiva psicosocial, pensamos que se tendrá que analizar si algunos contextos o funciones alivian/empeoran el efecto de UPI sobre bienestar/malestar. O, por supuesto, desde una perspectiva de personalidad, si el efecto de UPI sobre bienestar/malestar pudiera ser más o menos pronunciado para algunas personalidades que para otras.
¡Un saludo cordial!
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